El Atlético le sopla en la nuca al Madrid

El Atlético vuelve a amenazar al Real Madrid tras sacudirse la maldición del Mallorca, que le había derrotado en sus tres últimos encuentros y que volvió a adelantarse en el marcador. Los goles de De Paul en la prolongación del primer tiempo y de Morata en el arranque del segundo fueron suficientes para vencer la resistencia de un enemigo que cedió demasiado terreno tras el 0-1, y que cuando quiso reaccionar se vio obligado a remar contra corriente. La tarde del 120 aniversario estuvo a punto de ser testigo del primer penalti de la temporada a favor de los rojiblancos. Pulido Santana llegó a señalarlo, pero el VAR le obligó a retificar.

Empujado por una grada catársica, el Atlético asumió el mando del partido desde que el balón se puso en movimiento y sometió al Mallorca a un nivel de máxima exigencia para contener los ataques de un equipo imbuido de la necesidad de sumar los tres puntos para acercarse al segundo puesto tras la inesperada derrota sufrida ayer por el Real Madrid en Montilivi.

Condicionado por las bajas el Mallorca achicó agua como pudo mientras el Atlético pisaba una y otra vez el área de Rajkovic. El portero serbio sacó varios veces los puños para despejar disparos potentes, pero centrados. Con Carrasco sacando la mejor faceta defensiva de Maffeo y Lemar más participativo que de costumbre, el premio del gol parecía inminente pero, como suele suceder casi siempre por este barrio, nada es lo que parece. A los 20 minutos, en su primera llegada, el Mallorca forzó un córner que defendió horrible Witsel, permitiendo en el segundo palo cabecear a placer al central serbio Nastasic.

El 0-1 le sacó al Cholo una expresión de incredulidad que compartieron los jugadores, que se vieron por detrás en el marcador en un partido en el que lo único que habían hecho mal había sido no ser efectivos en ataque. Sin embargo, lejos de rendirse siguieron con fe buscando primero el uno contra uno y luego el remate definitivo. Lo tuvo Morata, también Griezmann, incluso Lemar desde fuera del área, pero disparando al muñeco, sin la puntería necesaria para vencer la resistencia de Rajkovic.

Metido cada vez más atrás, sin asomar la cabeza más allá de su propia área, el Mallorca fue cediendo territorio de manera peligrosa. Fue ahí donde surgió la figura de Pulido Santana, que tras un par de reclamaciones infructuosas se fue al punto de penalti para castigar una caída de Nahuel ante Copete ante la euforia de una grada que no se podía creer que por fin acabara la maldición.

Por desgracia para ellos la alegría duró muy poco porque en el VAR Jaime Latre interpretó que Copete había tocado primero el balón y así se lo transmitió al árbitro canario, que tras revisar el monitor dio marcha atrás a su decisión. El estadio se lo tomó a chirigota porque llueve sobre mojado. En el campo hubo de todo, pero en general tanto los jugadores como Simeone están resignados. Es lo que hay.

Pese a todo el Atlético siguió atacando, creyendo en sus posibilidades y tratando de superar tanta desgracia mientras el Mallorca, lejos de aprovechar la debilidad adversaria, cada vez se hacía más pequeño. Por supuesto lo acabó pagando. Moría el primer tiempo cuando le cayó un balón a Griezmann en el área. Su disparo lo volvió a sacar el portero, pero el rebote posterior  se lo encontró De Paul, que soltó un derechazo ajustado al que esta vez no llegó Rajkovic. El equipo encontró su recompensa al filo del descanso, pero quedaba mucho por remar todavía.

El partido, sin embargo, había cambiado por completo. Lo comprobó el Mallorca nada más arrancar el segundo tiempo. A los 47 minutos Nahuel centró desde la derecha y en el punto de penalti emergió Álvaro Morata sobre Hadzukadunic para cabecear a un lugar imposible para Rajkovic, que no pudo más que seguir el remate con la mirada. El 2-1 lo celebró con especial rabia. Es su undécimo gol en Liga. Los mismos que Griezmann.

Viéndose por primera vez por debajo en el marcador, Aguirre se decidió a sacar por fin al campo a sus pesos pesados. Amath, Kang y Muriqi salieron a la vez y el coreano no tardó en dejarse notar con un par de escarceos en el área que pusieron un nudo en el cuello de la grada. Sin embargo, cuando más apurado estaba el equipo un despeje de Griezmann se convirtió en un pase a Carrasco, que aprovechó un resbalón de Jaume Costa para marcharse en solitario, superar a Rajkovic y cerrar el partido con el definitivo 3-1.